lunes, 30 de mayo de 2011

¡¡¡Hacia la victoria, compañeros!!!

¡Hola a todos y todas!

Vengo a compartir con vosotros una de las píldoras de sabiduría de la última clase. Es un poema que habla de las muchas conquistas que tenemos y podemos tener a diario y que no tenemos más que reconocerlas para encontrar aliento para seguir buscando más. Ya sabemos que obstáculos existen y probablemente siempre existirán, pero es hora de que los que creemos ver algo más allá nos pongamos en el camino. Granito a granito y reconociendo todo lo que nos da la vida y nuestro esfuerzo podemos buscarnos un mundito más feliz. El poema me ha recordado una canción de autoría de la chilena Violeta Parra e interpretada brillantemente por Mercedes Sosa, que se llama “Gracias a la vida”. Seguro que ya la conocéis, pero no está de más escucharla un vez más.

http://www.youtube.com/watch?v=WyOJ-A5iv5I

¡Gracias por el poema, Roberto! Y espero que disfrutéis los que no habéis podido estar.

TENGO- Nicolás Guillén

Cuando me veo y toco
yo, Juan sin Nada no más ayer,
y hoy Juan con Todo,
y hoy con todo,
vuelvo los ojos, miro,
me veo y toco
y me pregunto cómo ha podido ser.
Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de andar por mi país,
dueño de cuanto hay en él,
mirando bien de cerca lo que antes
no tuve ni podía tener.
Zafra puedo decir,
monte puedo decir,
ciudad puedo decir,
ejercito decir,
ya míos para siempre y tuyos, nuestros,
y un ancho resplandor
de rayo, estrella, flor.
Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de ir
yo, campesino, obrero, gente simple,
tengo el gusto de ir
(es un ejemplo)
a un banco y hablar con el administrador, no en inglés,
no en señor,
sino decirle compañero como se dice en español.
Tengo, vamos a ver,
que siendo un negro
nadie me puede detener
a la puerta de un dancing o de un bar.
O bien en la carpeta de un hotel
gritarme que no hay pieza,
una mínima pieza y no una pieza colosal,
una pequeña pieza donde yo pueda descansar.
Tengo, vamos a ver,
que no hay guardia rural
que me agarre y me encierre en un cuartel,
ni me arranque y me arroje de mi tierra
al medio del camino real.
Tengo que como tengo la tierra tengo el mar,
no country, no jailáif,
no tennis y no yacht,
sino de playa en playa y ola en ola,
gigante azul abierto democrático:
en fin, el mar.
Tengo, vamos a ver,
que ya aprendí a leer,
a contar, 
tengo que ya aprendí a escribir
y a pensar
y a reír.
Tengo que ya tengo
donde trabajar
y ganar
lo que me tengo que comer.
Tengo, vamos a ver,
tengo lo que tenía que tener.

domingo, 20 de febrero de 2011

¿Qué falla en nuestras aulas?

Para mí la enseñanza es muy importante, tanto cuando soy yo la profesora como cuando soy la aprendiente. Así que si nos ponemos en los zapatos de ambos, puede que nos resulte más fácil descubrir dónde estamos fallando o qué está fallando en nuestra aula. Sí, porque no siempre somos nosotros los que fallamos, muchas veces es el alumno o las condiciones del sitio donde estamos impartiendo nuestras clases. No podemos hacernos responsables de todo en el proceso de aprendizaje, aunque sí, siempre podemos contribuir a reducir las dificultades, sea con la falta de material, sea con el alumno que no logra buenos resultados porque en casa sufre abusos sexuales del padre. Así que en clase trabajamos con muchos y distintos obstáculos y  muchas veces tenemos que hacer de asistente social o psicólogo, es decir, usar de mucha, mucha sensibilidad para aprender a leer en las caritas cuando no les gusta lo que están viendo o cuando les gusta. Para ello, suelo preguntarme si la clase que he preparado me interesaría. Me parece una buena medida, pero como no todos aprenden de la misma forma, a esa medida añado la lectura de los discurso no verbales de los jóvenes que están delante mía, esperando a que les sorprenda y les haga vivir algo que les interesa, que es la experiencia. Están deseando vivir la clase, pero muchas veces no saben decirlo con palabras lo que hace que en un momento de furia les preguntemos "¿es que no queréis nada de la vida?". Y ellos simplemente se callan y se encierran en su mundo. Dice un refrán chino "Háblame algo y lo olvidaré; enséñame algo y lo recordaré; hazme partícipe de algo y lo aprenderé". A mí siempre me ha parecido que eso es lo que algunas veces ha fallado en mis aulas, que no les estoy haciendo partícipes de la clase y más de  una vez me ha desesperado admitir hasta entre lágrimas que no sabía cómo hacerlo. Y no es que ahora lo sepa, sino que ahora me lo planteo, me parece un buen comienzo.

viernes, 28 de enero de 2011

"El Punto de Partida."

Resumen: Maria Santos
Artículo: “El Punto de Partida”
Autor: Roberto Carballo
Siempre, al terminar de leer cada texto o cada libro vuelvo al título para ver qué relación veía el autor entre lo que escribió y el título que le daba. Y me gusta mucho este ejercicio, es como si por algunos momentos estuviera conectada con la mente del autor, como si fuera coautora.
Pues lo mismo intenté hacer con el presente texto y me figuro que a lo que Roberto se refiere como punto de partida es un análisis del dónde estamos (espacio real), del qué tenemos (datos disponibles o documentación) y de a dónde queremos llegar (planificación de la acción).
Para darnos una idea general de estos aspectos, el autor nos pasea por conceptos como: los elementos básicos para la transmisión de un mensaje: Emisor __Medio__Receptor; y nos lleva a reflexionar un poco sobre lo que entendemos por comunicación vrs información.
A partir de las posibles formas de configuración de estos elementos, se puede dar una “comunicación” o una “información”.
Cuando al emisor no le interesa transmitir todos los datos de algo y encima se utiliza de un porta voz para hacerlo a medias y tener al receptor/destinatario controlado, está realizando una información, generalmente parcial y/o fragmentada.
Cuando el objetivo es que las cosas, o reglas, o reparto de tareas estén claros, el remitente trabaja por que todo funcione integralmente y que todos y cada uno de los demás sepan qué está pasando, como también sepan moverse en su ambiente de trabajo. Por tanto, el emisor intenta crear un ambiente de comunicación.
Generalmente, así es como son estos elementos:
Emisor: tiene, frecuentemente, el interés en ocultar hechos o datos. No vaya ser que un espabilado llegue a saber tanto como él y le amenace el puesto.
El Medio: cuando es un portavoz, no siempre entiende lo que tiene que decir, ya que tampoco a él se lo han dicho todo. Y por eso es porque muchas veces al informar algo y alguien le hace alguna pregunta, contesta diciendo “bueno, eso no lo sé.” Cuando no es un portavoz, es decir, cuando es el mismo que detenta el conocimiento, al hacérsele preguntas “peligrosas”, el “dueño de la información” sencillamente le da unas vueltas, utiliza “palabros”(R.C.) y les camela a los oyentes, que no se atreven a reformular la pregunta ni mucho menos a hacer otra. Pero en ambos casos, se quedarán sin saber lo que realmente les interesa.
El Receptor: algunas veces no es capaz de entender todo lo que se le explica ya que “nuestra capacidad de análisis es limitada” (R.C) y sobre todo porque la información ya viene ineficiente desde arriba.

Transformar la información en comunicación es el reto de las instituciones. Se puede llegar a ello trabajando con claridad y aceptando – desde el emisor hasta el destinatario – que somos falibles, pero que dentro de nuestra falibilidad podemos ser muy buenos, lo que en todo caso no nos quitaría la responsabilidad de co-operar, de actuar con otros, bien auxiliándoles o ayudándoles a crecer, bien aprendiendo de ellos, de sus aciertos y de sus errores a la vez que también actuamos como modelo de cómo hacer las cosas bien y de qué no hacer.
Según el autor – y pienso que aquí es donde resume la idea general del artículo – existe un itinerario que hay que seguir para hacerlo bien; “primero, conseguir una información, luego analizarla, sistematizarla; después planear la acción y, por último, ejecutarla y controlar sus resultados y aprendizajes.”

Al contrario de lo que dice Maquiavelo, “dividir para gobernar”, Carballo destaca que no es fragmentando el trabajo ni la gente “y que una parte lo hagan los de tal departamento y otra parte los de aquel otro” como se alcanza la comunicación. Porque la fragmentación no puede dar la justa medida del todo. Y éste es el reto, que hay que abordarse desde la política de la comprensión global del respeto al otro y del “amor” al que se refiere el autor citando a Piedrabuena al final del texto.

sábado, 22 de enero de 2011

Resumen de la primera clase.

¡Hola a todxs!

Cumpliendo con la primer actividad, he aquí mi resumen.

La clase:
Roberto empieza con lo que llama "píldora", que son algunas citas, en el caso, una de Confucio ("Las cosas no cambian porque nosotros, en el fondo, no queremos que cambien), muy significativa de nuestra labor en cuanto profesores y seres vivientes en general. Luego una de Sabato, del que me quedó el que "el otro es el que nos salva". En resumen, si queremos, las cosas cambian, pero siempre apoyados en los demás.

En seguida, nos pone a trabajar divididos en tres grupos. A fin de cuentas, era a lo que habíamos ido, ¿no? Nos enganchamos bastante y a algunos de nosotros estoy segura de que nos hubiera gustado mucho seguir trabajando en nuestros grupos. Pero no era un trabajar a lo tonto, teníamos una metodología, que resumidamente consistía en: trabajo en grupo, observador y turnos de intervención. Lo cual nos dio mucha seguridad, sobre todo a mí, que, particularmente, tengo dificultades para trabajar en grupo y de esa forma, me sentí más orientada.

A continuación, nos puso a contar a los demás compañeros lo que habíamos discutido en los pequeños grupos. El resultado fue una coordinación (nunca suma) de aportaciones complementarias que nos dieron una visión bastante amplia no sólo de la pregunta-tema, o sea, los problemas por los cuales pasa la educación en días de hoy, como también posibles soluciones.

Al final, nos sistematizó oralmente lo que habíamos hecho, resaltó algunos puntos importantes de la metodología y nos pidió declaraciones sobre ella. Pudo parecer tontería, ya que todos nos habíamos dado cuenta, pero para mí sorpresa, mi análisis de dicha metodología, no era el mismo de otros compañeros sino más bien, como apartados. Creo que si nos hubiéramos puesto a escribir una síntesis, sin saber qué había escrito el otro, no necesitaríamos ni siquiera conectores de texto, puesto que cada aportación se encajaba perfectamente a la otra al mismo tiempo en que añadía una información o un matiz.

Y los primeros resultados están aquí, la creación de un blog individual, al que todos los demás tienen acceso y en el que vamos reflejando nuestros aprendizajes.

La metodología me pareció tan eficaz que hasta parece que el trabajo fue todo nuestro. Pero quiero dejar aquí, por ahora, mi muchas gracias, Roberto.

Abrazo a todos y buen domingo,

Maria Santos